Con ganas, después de un tiempo sin reunirnos con nuestros compañeros recreacionistas, llegamos la noche del viernes, montamos campamento aprovechando la fresca, cenamos con los allí presentes y pasamos una agradable y larga velada.
La mañana del sábado amaneció temprana y calurosa, sensación que permaneció con nosotros todo el fin de semana junto a la nada grata compañía de algo que no eran mosquitos, sino mas bien seres diabólicos salidos del Averno, lo cual pueden atestiguar varias victimas de su sangría.
Un desayuno contundente nos preparo para empezar la mañana, los asistentes entrenaron el tiro con arco y el tiro con hacha, preparándose para los torneos de la tarde. Mientras los últimos asistentes llegaban para asistir al evento.
Después de una buena comida, esperamos a que el calor bajara para realizar los diferentes torneos.
El torneo de mayor participación fue el de tiro con arco, el cual constaba de cinco fases. Las tres primeras consistieron en disparar la flecha dentro de círculos de diferentes tamaños, y las dos últimas consistieron en acertar a una cuerda recta, llegando uno de nuestros miembros (Munia) hasta la cuarta y dejándonos en un muy buen lugar. Los ganadores del primer, segundo y tercer puesto fueron recompensados en metálico y con un portalápices medieval muy simpático. Saliendo esto de donaciones particulares. El vencedor después de un torneo reñido fue Jaume de Peñafort.
Por su parte Porsois fue el vencedor en la modalidad del torneo de espada, donde se pudieron ver nuevos estrenos de guerreros y la mejora de los asistentes. El combate uno contra uno agradó tanto a asistentes como a participantes, puesto que aquellos cuatro que quedaron primeros fueron a su vez también recompensados con sabrosos productos de la tierra, los cuales fueron compartidos y degustados por todo el campamento.
Para completar el día y tras una agradable cena nos preparamos para desfilar todos juntos por las calles de Caspe, acompañados de una maravillosas aguadoras, a las cuales hay que agradecer mucho, pues su buena voluntad hacía los asistentes nos hicieron mas ameno y refrescante dicha caminata. Tras esto, pudimos disfrutar del fabuloso concierto del grupo Lurte.
El resto de la noche la pasamos charlando y bebiendo con nuestros compañeros, concienciándonos de que al día siguiente debíamos volver a nuestras rutinas.
Una comida común entre recreacionistas y la gente del pueblo fue el broche final del fin de semana. Recogimos y nos preparamos para ponernos en viaje deseando la llegada del próximo encuentro.
Tras estas breves líneas solo queda dar las gracias a los organizadores por su buen hacer y por su hospitalidad. Pese al calor y los mosquitos fue un buen fin de semana y ya estamos deseando llegue el año que viene para repetir.
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