martes, 30 de agosto de 2011

Origen del reino de Castilla

Hay múltiples discursiones acerca de como y cuando Castilla se configuró como reino. Vamos a continuación a dar nuestra idea de como fueron las cosas, la cual, dicho sea de paso, digamos que podría ser la teoría oficial por las cuestiones que veremos a continuación.
En pleno siglo XI (1016), nace en León el hijo del rey Sancho Garces III de Pamplona y Muniadona de Castilla. Bautizado con el nombre de Fernando I y apodado el Magno, al heredar el reino de su padre.
Fernando I hereda la casi totalidad de la península ibérica cristiana de la época, situada en el norte. Entre esas tierras se encuentra el condado de Castilla, siendo Fernando a su vez coronado como rey de León, y portador del cargo de conde de Castilla. Conde de Castilla, ya que recordemos que hasta esos años, Castilla era una parte del reino de León, como a su vez lo fue anteriormente del reino de Pamplona. Y muchos años antes, parte del ducado de Cantabria del mítico cuque Pedro, vinculado al reino de Asturias.
Pero regresemos a Fernando I rey de León y conde de Castilla. Fernando tuvo tres hijos varones; Sancho II de Castilla fue el primogénito, Alfonso VI de León, y Garcia II de Galicia. A la muerte de su padre el rey Fernando I de León en el 1065, este reparte su reino en tres partes con la visión de hacer a cada uno de sus hijos rey de un reino equitativamente.
A Sancho II el primogénito le deja en herencia el condado de Castilla, al que da categoría de reino. Siendo por tanto, Sancho II rey de Castilla en el 1065.
Alfonso VI de León, hereda parte del reino de León, siendo en consecuencia rey de León.
Y a su tercer hijo Garcia II, le deja en herencia una sub división del reino de León creada a tal efecto, dando categoría desde entonces a esas tierras como reino de Galicia, y siendo por tanto Garcia II rey de Galicia.
El problema entre los tres descendientes de Fernando I el Magno no tardaron en llegar. Sancho II de Castilla al considerarse el mayor de entre los tres. Consideró igualmente que le correspondía la totalidad del reino dejado por su padre. León y Galicia. Cosa que evidentemente no acepto Alfonso VI, dando origen a un conflicto entre el recién estrenado reino de Castilla, con el reino de León.
Con el tiempo Alfonso de León y Sancho de Castilla se aliaron para apoderarse del reino de Galicia, para después continuar su lucha por aspiraciones a la totalidad del reino.
Las guerras duraron siete años, terminando finalmente tras el cerdo a la ciudad de Zamora por parte de Sancho de Castilla, quien murió durante esa batalla asesinado por Vellido Dolfos.
Con Sancho II muerto, Castilla sin rey, pasó nuevamente a ser parte del reino de León, siendo el rey legitimo desde entonces, Alfonso VI apodado el Bravo, rey de León, Galicia y Castilla.
Como podemos ver, tras la muerte de Fernando I de León, este deja en herencia a su hijos Sancho II el condado de Castilla, al que da la categoría de reino, siendo por tanto Sancho II rey de Castilla, y no conde de Castilla. Esto viene a significar, que en el 1065, Castilla ya tiene o fue considerado reino con rey, aunque durará poco. Ya que siete años después regresó a ser parte de León, eso si, ya con categoría de reino.
Durante la alta edad media, todo el territorio de los reinos cristianos peninsulares, fueron conocidos con el nombre de Gallaecia, tanto por musulmanes como por otras potencias europeas. Es muy común caer en el error de confundir Gallaecia con Galicia. Por el contrario Galicia era simplemente una de las partes de Gallaecia, tierra que tomó el nombre de la vieja provincia romana situada en el noroeste de España. Digamos que Gallaecia era algo así como; tierras cristianas de Hispania. Donde se asentaron y crecieron los reinos de León, Galicia, y Castilla. Es significativo que al propio CID, castellano de pro. En algunas crónicas árabes se le llama “Perro gallego”, lo que vendría a significar algo así como: perro de la Hispania cristiana.

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