Nos encontramos en pleno mes de Noviembre en Uclés, un pequeño pueblo situado en la provincia de Cuenca, con el fin de concentrar a los principales grupos recreacionistas de Castilla (Castilla y León, Madrid y Castilla la Mancha actualmente), con la sorpresa de encontrarnos allí a un buen amigo Tarraconense. El campamento estaba muy bien situado entre los muros del castillo, el cual está lleno de historia: fue construido en el S.IX por los musulmanes, pasando a manos cristianas en el S.XI gracias a Alfonso VI, paso por las manos de la orden de San Juan y finalmente por la orden de Santiago como bien nos muestra el actual monasterio, construido sobre una parte del castillo, quedando entre sus muros parte de este.
Esa mañana pudimos disfrutar de una fabulosa visita por el parque arqueológico de Segóbriga, guiados por dos compañeros del grupo Conca que muy bien conocían el paraje y su historia. Este yacimiento es de origen romano y tiene un estado de conservación esplendido. Allí pudimos ver la Acrópolis, el estupendo Teatro (donde siguen llevándose a cabo representaciones), las Termas, el Circo, el Foro, etc. Desde luego es una visita muy recomendada para todo el mundo.
Tras todo esto, nos esperaba un bueno puchero de alubias y carne hecho lentamente al fuego, exquisitez, tal vez mas por la forma de hacerse que por el contenido en si, que no siempre tiene uno el placer y la oportunidad de comer (gracias a Conca y su "escasez" de comida disfrutamos entre otras cosas de unas buenas sardinas, pulpo, torreznos, gachas, etc.)
Por la tarde nos dedicamos a las armas con la instrucción de tiro con arco, práctica de formaciones y utilización de lanza, tanto individualmente como tras una formación de escudos. Debemos de recordar que esta arma es muy básica y por ello, tal vez, de las más utilizadas en la época, pero muy olvidada hoy en día no se si por el atractivo de la espada, arma que la suple actualmente, o por el peligro de esta, el caso es que gracias a unos compañeros, podremos disfrutar mas de ella gracias a su ingenio, creando un punta totalmente segura, incluso más que las espadas que utilizamos actualmente, aunque poco atractiva. Esperemos que todo funcione y se empiece a utilizar esta fantástica arma.
La noche pasó con total normalidad, comimos, bebimos, charlamos y llegada una hora prudencial tocaba irse a descansar.
La mañana del domingo pareció ser un poco más clemente con nosotros por la falta de niebla y por tanto de humedad, pero no terminó siendo así ya que nos premio con una indeseada llovizna, lo cual nos obligo a acelerar el desmontaje del campamento. Finalizado este y con un poco más de calma pudimos acercarnos a ver el monasterio nombrado al principio de esta crónica, el cual nos fascino con su arquitectura y arte. Pudimos ver cantidad de cuadros y figuras de Santiago matamoros, nuestro patrón, entre otras cosas.
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