martes, 23 de noviembre de 2010
Aniversario del Infantado de Covarrubias 2010
El fin de semana comenzó diferente a lo esperado, debiendo posponer nuestra salida hasta tan emblemático lugar, al sábado por la mañana en lugar del viernes por la tarde, debido a la inestabilidad del tiempo. Fue así como el sábado 20 de noviembre, a eso de las 6 de la mañana cuando los diferentes miembros de Baira que acudíamos a la cita con nuestros amigos de Mendebaldeco Marca, nos pusimos en marcha. Algo más de un par de horas de camino nos separaban, y el tiempo parecía querer desalentarnos. Mucha agua y frío fueron nuestros compañeros de viaje, pero las noticias desde la Villa nos decían que el tiempo allí era frío pero sin lluvia, por lo cual no desistimos.
Una vez montado y bien organizado el campamento comenzó la recreación propiamente dicha, intentando mostrar lo mejor posible en que consistía la vida medieval a la gente que se acerco a vernos. Se cocino, hubo costura, charlas y una breve demostración de forja. La tarde avanzo rápido, un gran problema de los eventos de invierno, en los cuales las horas de luz limitan mucho las actividades. Al mismo tiempo tenia lugar dentro de la iglesia una exhibición-entrenamiento de esgrima con espada y escudo para deleite de los presentes y gusto de los combatientes.
Y así, entre unas y otras actividades, el día paso, llegando la noche temprana y amenazante de lluvia. Comimos, reímos, charlamos…hicimos lo que mejor se nos da, disfrutar de una buena velada entre amigos, lamentando lo corto que había sido el día y deseando que la mañana siguiente nos permitiera hacer mas cosas.
Pero no pudo ser así, de madrugada empezó a llover y alguno tuvo que salir a recoger algunas cosas. La mañana no trajo mejor suerte y entristecidos tomamos la decisión de levantar campamento lo antes posible y dedicar la mañana a visitar la Villa.
Fin de semana corto, pero intenso, cargado de buenas sensaciones por lo que hicimos y por lo que aún podemos hacer, consiguiendo organizar un campamento del S.XI, algo no muy usual, con un nivel recreacionista bastante bueno, siendo muy difícil encontrar algún tipo de anacronismo a la vista, algo en lo que pusimos mucho empeño. Lastima que más grupos de amigos no se animen a unirse a nuestros dos grupos en la recreación del siglo XI.
Como dicen: lo breve si es bueno, dos veces bueno.
Fotos:
http://picasaweb.google.com/arhbaira2009/Covarrubias2010#
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Primer encuentro en Uclés
Nos encontramos en pleno mes de Noviembre en Uclés, un pequeño pueblo situado en la provincia de Cuenca, con el fin de concentrar a los principales grupos recreacionistas de Castilla (Castilla y León, Madrid y Castilla la Mancha actualmente), con la sorpresa de encontrarnos allí a un buen amigo Tarraconense. El campamento estaba muy bien situado entre los muros del castillo, el cual está lleno de historia: fue construido en el S.IX por los musulmanes, pasando a manos cristianas en el S.XI gracias a Alfonso VI, paso por las manos de la orden de San Juan y finalmente por la orden de Santiago como bien nos muestra el actual monasterio, construido sobre una parte del castillo, quedando entre sus muros parte de este.
Esa mañana pudimos disfrutar de una fabulosa visita por el parque arqueológico de Segóbriga, guiados por dos compañeros del grupo Conca que muy bien conocían el paraje y su historia. Este yacimiento es de origen romano y tiene un estado de conservación esplendido. Allí pudimos ver la Acrópolis, el estupendo Teatro (donde siguen llevándose a cabo representaciones), las Termas, el Circo, el Foro, etc. Desde luego es una visita muy recomendada para todo el mundo.
Tras todo esto, nos esperaba un bueno puchero de alubias y carne hecho lentamente al fuego, exquisitez, tal vez mas por la forma de hacerse que por el contenido en si, que no siempre tiene uno el placer y la oportunidad de comer (gracias a Conca y su "escasez" de comida disfrutamos entre otras cosas de unas buenas sardinas, pulpo, torreznos, gachas, etc.)
Por la tarde nos dedicamos a las armas con la instrucción de tiro con arco, práctica de formaciones y utilización de lanza, tanto individualmente como tras una formación de escudos. Debemos de recordar que esta arma es muy básica y por ello, tal vez, de las más utilizadas en la época, pero muy olvidada hoy en día no se si por el atractivo de la espada, arma que la suple actualmente, o por el peligro de esta, el caso es que gracias a unos compañeros, podremos disfrutar mas de ella gracias a su ingenio, creando un punta totalmente segura, incluso más que las espadas que utilizamos actualmente, aunque poco atractiva. Esperemos que todo funcione y se empiece a utilizar esta fantástica arma.
La noche pasó con total normalidad, comimos, bebimos, charlamos y llegada una hora prudencial tocaba irse a descansar.
La mañana del domingo pareció ser un poco más clemente con nosotros por la falta de niebla y por tanto de humedad, pero no terminó siendo así ya que nos premio con una indeseada llovizna, lo cual nos obligo a acelerar el desmontaje del campamento. Finalizado este y con un poco más de calma pudimos acercarnos a ver el monasterio nombrado al principio de esta crónica, el cual nos fascino con su arquitectura y arte. Pudimos ver cantidad de cuadros y figuras de Santiago matamoros, nuestro patrón, entre otras cosas.
Fotos:
martes, 16 de noviembre de 2010
Baira en Ucles
jueves, 11 de noviembre de 2010
Leyendas de Castilla. El caballero que llegó tarde al combate
Esperamos que os gusten.
Muchas de las leyendas castellanas tienen lugar en el período conocido como la reconquista, la mayoría con elementos mitológicos cristianos. Siempre me ha resultado curioso que existen una serie de elementos recurrentes que aparecen en múltiples de estas leyendas. En particular, la ayuda divina en forma de caballero desconocido que guerrea del lado de los ejércitos castellanos. Quizá la leyenda más conocida de este estilo es la referida a la participación de san Millán y Santiago, por lo que vamos a extractar una similar que acontece en tierras sorianas. Podemos encontrar leyendas parecidas a lo largo y ancho de Castilla, por lo que posiblemente su origen primigenio sea anterior al cristianismo mismo.
El caballero que llegó tarde al combate
Un poderoso ejército moro procedente de Gormaz, había acampado en el Vado de Cascajares. Allí fue a entablar combate con ellos Fernán González, acompañado de sus valerosas huestes formadas por los principales caballeros castellanos, entre los que se contraba Fernán Antolínez.
Fernán, caballero muy creyente, acostumbraba a ir a la iglesia al alba y permanecer orando sin salir hasta que hubiesen terminado todas las misas que se estuviesen diciendo.
Cerca del castillo de Santisteban, existía un magnifico monasterio, al que Fernán González había hecho cuantiosas donaciones y para el que trajo a ocho monjes del monasterio de San Pedro de Arlanza para que habitasen en él.
Aquel día en que el conde esperaba se diese la batalla contra los moros, se decía la primera misa en aquel lugar. Los caballeros entraron en el santuario y oyeron devotamente la misa. Una vez terminada, tomaron sus armas y partieron raudos en pos de las tropas árabes, que situadas en el vado de Cascajares, esperaban pasar a la otra parte.
Fernán Antolínez, sin percatarse del hecho y siguiendo su costumbre, permaneció en la iglesia hasta que terminaron todas las misas que se estaban celebrando, orando con profunda emoción.
Mientras tanto, las tropas castellanas se enfrentaban a las huestes moras, librándose una encarnizada batalla en la que los castellanos luchaban esforzados, atacando con recia bravura a los moros, que caían bajo el empuje de sus lanzas.
Hasta la puerta del santuario llegaban los ecos del combate, y desde allí lo presenciaba el escudero de Fernán Antolínez, quien guardando su caballo y sus armas esperaba a que éste saliera de la iglesia. Imaginaba que se había retrasado por cobardía, por lo que indignado llamaba a gritos a su señor para que acudiese al combate.
Fernán Antolínez, profundamente sumido en sus oraciones no escuchaba a su escudero y seguía atentamente el sacrificio de la misa. Quiso Dios recompensar aquel fervor religioso con un portentoso milagro, librando a su vez al caballero de la vergüenza y el oprobio.
Ni Fernán González ni sus caballeros echaron de menos en el combate a Fernán Antolínez, sino que por el contrario, le vieron luchar con gran arrojo y bravura, introduciéndose entre las filas enemigas y dando muerte a un gran número de enemigos con un heroísmo superior al de todos los combatientes. Pese a ser herido varias veces, continuó luchando, hasta alcanzar la enseña mora y apoderarse de ella, desmoralizando con su acción a los ejército árabes. Tras la toma de la bandera los ejércitos moros huyeron en desbandada.
Más de quince mil moros quedaron muertos, y tan sólo cuatrocientos cristianos y así se ganó la famosa batalla de San Esteban de Gormaz, victoria debida en gran parte a Fernán Antolínez.
Fernán González quiso premiar tal ejemplo de heroísmo, pero después de buscar por todo el campo al héroe, no se le pudo hallar ni vivo ni muerto.
Supo, al fin, que Fernán Antolínez se hallaba en la iglesia, sin atreverse a salir, confuso y avergonzado de que se hubiese terminado la batalla sin haber tomado parte en ella. Fueron a buscarle a la iglesia, y allí le encontraron con las mismas heridas que había recibido aquel divino personaje que llevaba sus armas en el combate y que había lidiado por él. Admirados, los castellanos reconocieron el prodigio divino, Dios había enviado un ángel que tomando la figura y armas de Antolínez, había luchado a su lado hasta conseguir la victoria.